La estruendosa derrota de Trump, un mensaje para los latinoamericanos

David Héctor Galeano

Poca o ninguna importancia se le dio en los medios colombianos, a la estruendosa derrota de Trump propinada por los demócratas liderados por la vocera del Congreso -Speaker of the House of Representatives-.

Afortunadamente, el surrealista sueño del presidente norteamericano de construir un muro en la frontera con México, fue truncado por el férreo liderazgo de Nancy Pelosi, quien no accedió al chantaje gubernamental que mediante el paro total del gobierno, esperaba obligar al partido demócrata a ceder y destinar los fondos necesarios para la construcción del muro.

Trump y su nefasto gobierno, protagonizaron el paro más largo de la historia de los EE.UU. Su necedad, colocó a los trabajadores a laborar sin salario, propiciando verdaderas catástrofes familiares ante la carencia de ingresos. Al final del paro, era “normal”, ver en las colas de los restaurantes comunitarios a los empleados del gobierno, quienes solo tenían esa opción para obtener comida.

Mientras en Colombia y parte de América Latina observan a Trump como un hombre poderoso y capacidad de liderazgo, el escenario doméstico es cada día más complicado para su administración.

Pelosi, es la persona más poderosa del gobierno de los EE.UU., luego del triunfo demócrata a final del 2018; se posicionó como la jefe del partido y su poder trasciende en la elección de los líderes de los diversos comités – política exterior, presupuesto, educación, inteligencia entre otros –.

No obstante que los comités están integrados por miembros de ambos partidos, su líder decide los temas y las posibilidades de trabajo conjunto entre republicanos y demócratas. En resumen, todo el proceso legislativo depende de la Speaker. Cuando la Cámara pasa una ley, sigue al Senado para su voto y después al presidente para su firma. Sin embargo, mientras la Cámara no inicie el proceso para escribir la ley, simplemente no existe. Todas las leyes tienen su origen única y exclusivamente en la Cámara.

Por último, es fundamental recordar que la Cámara maneja el presupuesto. Son ellos quienes lo diseñan y asignan a las distintas instancias del gobierno. Si Trump quiere los 5.7 billones de dólares para un muro, tiene que pedirlo a Pelosi. Es decir, necesariamente tendrá que negociar con una mujer, lo cual debe ser un sacrificio descomunal para un hombre que enmarca su accionar en la misoginia.

Con un escenario de tal dimensión, los líderes latinoamericanos deberían revisar su incondicional subordinación a un gobierno que se derrumba paulatinamente. Una Casa Blanca que actúa irresponsablemente con su nación, sus aliados y que paradójicamente respeta y teme tanto a sus enemigos.

Es indudable que todo el mundo libre quiere la salida de Maduro, sin embargo, el universo racional observa la opción militar como una catástrofe. Seguramente, ante un escenario bélico, el gobierno de Trump, caracterizado por su irresponsabilidad, dará un paso al costado y dejará que Colombia actúe como chivo espiatorio, de manera que las pérdidas humanas y materiales, solo las coloque el país que se erige como su único subalterno incondicional.

Analista internacional

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