La tabla del 4

Mauricio Cabrera Galvis

Cuatro por uno 4, cuatro por dos 8, cuatro por tres 12... es la tabla del 4 que recitábamos en la primaria y que ahora con el dólar a $4.000 nos toca refrescar para convertir a pesos los precios de todos los bienes y servicios importados.
PUBLICIDAD

Con la tabla de 4 se encarece todo lo que viene de afuera: una camisa o un computador, un carro o una maquinaria industrial, pasajes y hoteles para los viajes al exterior. Pero también se encarecen el pan y los huevos del desayuno, porque el trigo es importado, lo mismo que el maíz para alimentar a las gallinas. Inclusive productos nacionales como el aceite de cocina o el azúcar suben porque sus precios están atados a los precios internacionales.

Pero los lamentos de los consumidores son la alegría de los productores nacionales porque con la tabla del 4 pueden vender más en Colombia y exportar más, o por lo menos recibir más pesos por sus ventas al exterior. También el sector turismo porque vuelve a ser más barato ir a pasear a Santa Marta o San Andrés que a Miami o Aruba, a pesar de los escandalosos precios de Cartagena.

En el balance son más los beneficiados con la tabla del 4 que los perjudicados, porque mayores ventas de bienes y servicios colombianos significan más generación de empleo: las empresas pueden contratar más trabajadores, -o por lo menos dejar de despedirlos como les tocó hacerlo durante los años de revaluación- y más colombianos van a tener ingresos. ¿De que sirve que los televisores sean más baratos con la tabla del 3 si no se tiene empleo ni ingresos para comprarlos?

¿Por qué llegamos a una tasa de cambio de $4.000?  y ¿se va a mantener en ese nivel? Son las preguntas que todos nos hacemos, pero mientras la respuesta para la primera es clara, para la segunda es muy arriesgado hacer pronósticos.

Desde principios del siglo pasamos muchos años con la tabla del 2 con un dólar revaluado que mucho perjudicó a los productores nacionales; el dólar solo se trepó a $3.000 en el 2015 cuando el barril de petróleo bajó de USD 110 a USD 30 y súbitamente se redujeron a la mitad los ingresos de las exportaciones colombianas.

Lo curioso es que el brinco a la tabla del 4 se da en un momento en que el barril de petróleo se cotiza alrededor de USD 80, y se ha roto la alta correlación inversa que existió durante muchos años entre la tasa de cambio y el precio del petróleo.

En este contexto, un dólar a $4.000 significa que los mercados no creen mucho las notas periodísticas que clasifican a Colombia entre los primeros países en materia de retorno a la normalidad económica. O por lo menos dudan que sea sostenible, por el tamaño de los déficits gemelos: el externo que con la apertura hacia adentro ha llegado a un récord histórico de 5.8% del PIB, y el fiscal con otro récord cercano al 9% del PIB.

Tamaños déficits solo son financiables en la medida en que sean abundantes los flujos de capital internacional; pero las señales de apretón monetario de los bancos centrales de EE.UU y Europa indican que va a ser más difícil conseguir financiación internacional. Así las cosas parece que la tabla del 4 llegó para quedarse.

MAURICIO CABRERA

Comentarios