Editorial: Tremores en los mercados

Sin embargo, y como ya lo sabe el ciudadano común y corriente siempre habrá quienes salen a mostrar un panorama depresivo sin importar si suba o baje el dólar o el precio del petróleo.

El mundo esperaba con expectativa el resultado de la reunión de los países productores y exportadores de petróleo que tuvo lugar en Doha. Se especulaba que habría un acuerdo para establecer cuotas y, de esta manera, regular la producción para así incidir en el precio internacional del combustible.

De otro lado, todos volvían los ojos para conocer la posición de Irán (uno de los más importantes productores y protagonistas) que retornaba a los mercados tras levantarse las sanciones por su reticencia a desmontar la estructura de producción de armamento nuclear, ya que de regresar al mercado petrolero con toda la capacidad disponible acentuaría el exceso de oferta con los correspondientes efectos en el precio.

Nada aconteció. No hubo acuerdo de los productores ni compromiso de Irán y, al cierre de la reunión el pasado domingo, fue grande la tensión sobre lo que podría ocurrir al abrirse los mercado el lunes.

Las bolsas no reaccionaron el lunes, tan solo una ligera baja en los mercados de oriente que fue reconocida con un calificativo usual en el sector: “tuvo lugar una pequeña corrección”. El martes, contra todos los pronósticos, se presentó un fuerte incremento en el precio del petróleo, tanto en el denominado WTI como en el Brent que cerró arriba de 43.5 dólares el barril.

Eso sí, y salvo otra variable que no ha quedado plenamente identificada, el precio del dólar aceleró una caída que se había iniciado la semana pasad y, al cierre del martes, rozaba los dos mil 900 pesos, una cotización que no se había presentado a lo largo de los últimos meses.

De mantenerse estas circunstancias habrá los consabidos efectos en el circuito económico colombiano, principiando por el precio interno del café que pese a mantener un adecuado precio en la Bolsa de Nueva York (2.25 dólares la libra) verá alterado el precio de la carga ante el desplome del dólar y la calidad del grano por efectos del Fenómeno del Niño.

De la misma manera habrá que esperar alteraciones en el precio interno de los combustibles, con decisiones que se adoptan a final de mes y, por supuesto, de seguir descendiendo el precio de la divisa se percibirá su influjo en la balanza comercial, la parte importada de la canasta familiar (de contera la inflación) y el estado de la deuda colombiana tanto pública como privada.

Sin embargo, y como ya lo sabe el ciudadano común y corriente siempre habrá quienes salen a mostrar un panorama depresivo sin importar si suba o baje el dólar o el precio del petróleo.

REDACCIÓN EDITORIAL

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