Niños del Cañón del Combeima en la VII Bienal Nacional para jóvenes en zonas volcánicas

Crédito: Natalia Gualanday / El Nuevo DíaLos niños de la biblioteca del Combayma y su líder, Carolina Molina
La biblioteca Combayma, ubicada en el corregimiento Juntas de Ibagué, fue escogida para participar de un encuentro nacional, que promueve el intercambio de experiencias sobre la convivencia en áreas con influencia volcánica.

Redacción @nataliagualanday
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Los niños del Cañón del Combeima representaron a Ibagué y al Tolima en la VII Bienal Nacional de niñas, niños y jóvenes que viven en zonas de riesgo e influencia volcánica, una experiencia educativa que se desarrolló en el Alto Putumayo


Más de 200 jóvenes provenientes de áreas cercanas a 11 volcanes activos en Colombia se reunieron para participar en este evento que se ha convertido en un referente para la gestión del riesgo en estas comunidades.


Gracias a la alianza con el Servicio Geológico Colombiano, esta es la segunda vez que los niños de Juntas pueden ser parte de este encuentro que aporta intercambio de experiencias y conocimientos entorno a la influencia volcánica en distintas zonas del territorio colombiano. La primera fue de manera virtual, por lo que esta oportunidad sería muy diferente y mucho más significativa.


Durante el evento, celebrado en un ambiente de creatividad y aprendizaje, las 30 delegaciones presentaron sus experiencias de gestión del riesgo a través de diversas formas artísticas, que incluyeron desde poesía y teatro hasta innovadoras herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial.


Además de las presentaciones, los participantes tuvieron la oportunidad de explorar el campo volcánico monogenético Guamuez-Sibundoy, sumergiéndose en la cosmovisión indígena del territorio junto a los pueblos Inga y Kamsá, enriqueciendo así su comprensión del entorno y fortaleciendo los lazos con las comunidades locales.


La delegación de Juntas, compuesta por cinco niños y dos adultos, se embarcó en un viaje de siete días que abarcó tanto el aprendizaje  académico como la inmersión en la realidad geológica y social de su región. 


Los niños y niñas que participaron del encuentro fueron Jhoan Martinez Andrade de 12 años, Samuel Jósé Niño Arango de 12 años, Ana María Andrade Morales de 12 años, Sara Lizeth Marín Rátiva de 14 años y Sara Julieth Sánchez Castilla de 13 años. La bibliotecaria local, Nayi Carolina Molina Cruz, quien ha servido a la comunidad durante seis años, lideró la delegación junto con el geólogo Juan Sebastián Barbosa. Ambos  jugaron roles fundamentales en la planificación y ejecución de la experiencia educativa.


"Juntas es la zona con función amortiguadora del Nevado del Tolima. Nosotros somos el último pueblo más cercano al volcán nevado del Tolima, y aparte de eso estamos a siete horas del Volcán Machín. Este lugar tiene una influencia volcánica grandísima", detalló Nayi Carolina con orgullo por su tierra y añadió: "Los niños de acá, representan muy bien al Tolima, porque estamos estratégicamente ubicados y también delicadamente ubicados porque estamos en zona de alto riesgo".


El viaje financiado por el Servicio Geológico, incluyó actividades pedagógicas y prácticas para fomentar una comprensión profunda de los riesgos y oportunidades presentes en su entorno.


"Fue una semana muy productiva, de mucho aprendizaje, los niños eran los primeros en levantarse", describió Nayi Carolina mientras los niños recordaban con risas también aquellos momentos. 


Durante la experiencia, se llevaron a cabo diversas actividades, desde visitas a observatorios y lagunas, hasta ceremonias de iniciación dirigidas por líderes indígenas locales. Estas actividades proporcionaron una comprensión profunda de la relación entre la comunidad y su entorno natural, así como de la importancia de la preparación y la mitigación de riesgos.


La elección de los niños representantes se basó en la proximidad al volcán Nevado del Tolima y la participación activa en actividades comunitarias. Los cinco niños seleccionados, encarnaron distintos aspectos del ecosistema local y la historia ancestral de la región.


Jhoan Martinez Andrade, uno de los niños que vivió este fascinante encuentro, expresó al respecto: "Fue una experiencia muy chévere porque primero que todo era responsabilidad de la bibliotecaria, tanto como del profesor. También responsabilidad de nosotros, porque no es lo mismo estar cerca de nuestros padres, entonces era una responsabilidad grande pero muy chévere". 


También habló de lo que pudo aprender junto a sus amigos: "Conocer diferentes territorios, conocer diferentes dialectos, lenguas y es sorprendente porque después de tantos años y de toda esa modernización, todavía conservan sus lenguas". 


Uno de los aspectos más destacados fue la presentación teatral titulada "Nacer, Vivir, Morir en las Faldas de la Diosa del Volcán", que combinó elementos históricos y geológicos para narrar la historia de la comunidad de Juntas. Esta presentación, realizada por los niños, destacó la identidad campesina y la conexión ancestral con el territorio.


Johan Kei Martínez Andrade, representó al volcán en dicha obra y explicó el mensaje que querían dejar: "Uno quería hacer entender a la gente o darle un mensaje de que el volcán no hay que verlo como enemigo o como algo peligroso sino como un amigo".


Además de las actividades educativas, la experiencia también abordó la realidad de vivir en una zona de alto riesgo volcánico. Esta experiencia educativa no solo proporcionó conocimientos académicos, sino que también fortaleció el vínculo entre la comunidad de Juntas y su entorno volcánico. 


Esta séptima edición de la Bienal no solo fue un espacio para compartir conocimientos y experiencias, sino que también se consolidó como un proceso a largo plazo para apoyar y potenciar la vida en zonas volcánicas, promoviendo una cultura de prevención y resiliencia en estas comunidades vulnerables.
 

 

Credito
Natalia Gualanday / El Nuevo Día

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