Entregan diagnóstico de tierras del Sur del Tolima

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
La Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra) presentó dos estudios en Ibagué que señalan que las políticas para uso del suelo en el Sur del Tolima son “dispersas y no están unificadas” y además se destaca una ineficiencia en el uso del suelo rural.

Más de un millón de hectáreas distribuidas en Ataco, Chaparral, Coyaima, Natagaima, Ortega, Planadas, Rioblanco, Roncesvalles y San Antonio hicieron parte de un estudio adelantado por la Unidad de Planificacion Rural Agropecuaria (Upra).

Dicha entidad, adscrita al Ministerio de Agricultura, entregó una caracterización de la tierra de esas poblaciones, que hacen parte del Contrato Plan Sur del Tolima.

Uno de los estudios mencionados se denomina ‘Metodología de evaluación de tierras con fines agropecuarios a nivel nacional y su aplicación en el sur del Departamento del Tolima’.

Y el otro es el ‘Mercado de Tierras Rurales Productivas en Colombia, validación regional - departamento del Tolima’.

Se prevé que la metodología de evaluación aplicada en el Departamento sea desarrollada en otras zonas del territorio nacional y que sirva de base para la planificación del uso agropecuario de las tierras.

Así también, “para la formulación de planes territoriales en lo referente a los criterios para el uso eficiente del suelo con fines agropecuarios”, destacó la Upra.

En el Tolima y el Norte del Cauca se adelantaron las pruebas piloto y la evaluación de tierras para la zonificación con fines agropecuarios a escala 1:100.000. Los resultados fueron expuestos la semana anterior en Ibagué.

Durante la exposición, algunos asistentes criticaron la metodología aplicada, aduciendo que el análisis a la escala 1:100.000 es muy general y no permite conocer en detalle la vocación agrícola de las zonas analizadas.

Asimismo, se criticó que pese a que el proyecto se apoyó en información de entidades del Estado y en los puntos de vista de los gremios, centros de investigación, organizaciones locales e investigadores, a la situación descrita de cada población le faltaba precisión.

Evaluación

De acuerdo con la Upra, en el Sur del Tolima de un millón 55 mil 995 hectáreas estudiadas, 391 mil 602 corresponden a zonas de manejo especial y nueve mil 148 presentaron aptitud para el cultivo del plátano.

Asimismo, 16 mil 218 para aguacate, 20 mil 509 para arroz, 40 mil para cacao, cinco mil para café, 16 mil para caña, cuatro mil para caucho, 36 mil 189 para fríjol y 54 mil para guanábana.

El estudio también arrojó que 117 mil son aptas para el cultivo del maíz y 90 mil para pastos guinea y brachiaria.

“Se debe tener en cuenta que adicionalmente a las áreas mencionadas existen otras que son parcialmente aptas y que por la escala del estudio se reportaron como clases mixtas aptas/no aptas”, destaca la Upra en un comunicado.

Usos y distribución

La metodología aplicada también arrojó que en el Sur del Tolima existen varios dificultades en la planificación del uso del suelo rural y en el acceso a mercados y redes de comercialización.

De la misma manera, la evaluación determinó que “las tierras aptas para producción agropecuaria y seguridad alimentaria se encuentran en otros usos”.

En cuanto a la distribución de tierras, Chaparral resultó ser la población con la mayor área, al contar con 159 mil 935 hectáreas.

Y entre los nueve municipios, Coyaima ostenta el mayor índice de concentración de la tierra, con un índice de Gini de 0.8, lo que significa que es donde existe una mayor inequidad en la distribución de la tierra. Ortega es la población que cuenta con la mayor equidad, con un 0.6.

Entre tanto, tras la evaluación se establece que “el mayor número de predios corresponde al microfundio y el minifundio (Natagaima, Ortega y Planadas), en tanto que Ataco y Chaparral acumulan el menor número de predios”, que corresponden a grandes propiedades.

Dificultades

En cuanto a la conservación de los suelos en el denominado Triángulo del Tolima, el proyecto también determinó que la asistencia técnica y trasferencia de tecnología que se otorga a los productores no se basa en la zonificación de usos del suelo con fines agropecuarios.

El documento destaca, además, que en el Sur existe una baja oferta y simplificación de programas educativos orientados al sector agropecuario, tanto que en la exposición el Director General afirmó que en esa zona “el campo se quedó viejo”.

Los resultados también indicaron que sobre la existencia de las políticas para el manejo y uso del suelo son “dispersas y no están unificadas”, y determinaron que hay dificultad para regular de manera unificada el uso del suelo.

Por lo anterior, de acuerdo con la evaluación, se ha generado una pérdida de la capacidad productiva de las tierras en esas poblaciones, así como mayores costos al manejo y uso de las tierras, para su recuperación.

Y se agregó que otros efectos de la situación han sido el desequilibrio ecosistémico y la fragmentación de ecosistemas, la contribución a la generación de los gases de efecto invernadero y el cambio climático global.

Sobre los efectos socioeconómicos, la evaluación destaca la existencia de migraciones, inseguridad alimentaria y nutricional, y síntomas de pobreza en Coyaima, Ataco, Ortega y Rioblanco.

Por sectores

- Suelo para actividades agrícolas: 19.3 por ciento, equivalentes a 467 mil 858 hectáreas.

- Suelo para ganadería: 1.3 por ciento, equivalentes a 32 mil 637 hectáreas.

- Suelo para plantaciones forestales: 43.5 por ciento, equivalentes a un millón 39 mil 739 hectáreas.

Credito
IBAGUÉ

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