Ante la falta de agua en Ibagué, comunidad dice: “estamos pagando por aire”

Crédito: Jorge Cuéllar / El Nuevo Día En junio, habitantes del barrio Restrepo bloquearon la carrera Sexta por falta de agua.
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Disminuyeron las lluvias y los habitantes del barrio Restrepo sienten con mayor intensidad las penurias por la falta de acueducto.
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Habitantes y comerciantes del barrio Restrepo están cansados de la inexplicable ausencia del servicio de acueducto que los acompaña desde hace más de 20 años.

Cada vez se hacen más frecuentes los anuncios de se vende, se arrienda o de restaurantes fuera de servicio, porque no resulta rentable ni saludable vivir a totumadas de agua.

Según relatan los ciudadanos, antes de que la empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, Ibal, realizará el lavado de tanques, el agua les llegaba día de por medio o cada dos días. Después de desarrollada dicha actividad, la comunidad se quedó sin el servicio y solamente les estaría llegando en horas de la madrugada y por cerca de tres horas.

Los residentes se mantienen alerta para llenar baldes, tanques, ollas y todo recipiente en el que puedan conservar el preciado líquido; caso difícil le corresponde a los comerciantes que no residen en la zona.

“Yo no vivo aquí, solo vengo a trabajar en el local, a veces madrugo para poder recolectarla, sin embargo, llevo 10 días sin el servicio porque a las tres de la mañana uno está durmiendo y no alcanzo a llegar”, sostuvo Hember Olaya quien tiene un negocio de extintores. 

Añadió que no comprende por qué los costos tan elevados con un servicio inestable. 

Lorena Morales quien administra un restaurante comentó: “el mes pasado tuvimos que cerrar tres días, este miércoles no pudimos abrir y hoy (ayer), nos tocó traer agua de donde vivo, pero ellos no ven eso y todos los meses uno sí debe pagar el arriendo y los recibos cumplidos”. 

Morales también indicó que por un día en el que no abran el negocio pierden entre $600 y $700 mil, lo que dificulta pagar el arriendo, comprar insumos, además, de esos ingresos sale el sueldo de las tres personas que trabajan con ella”.

Vecinos del Restrepo

Algunos residentes comentaron que en los meses más álgidos de lluvia sacan baldes para usar ese líquido en baños u otras actividades, pero este mes, con pocas lluvias y la recolección en horarios donde gran parte de las personas descansan, los tiene desesperados.

Pedro José Alvarado quien dice vivir en el barrio desde que tenía 10 años, comentó que el tema no es nuevo, solo que este año la situación empeoró.

“La verdad no sabemos cuál es el misterio con el acueducto, el Ibal sabe del problema que tenemos, parece que les gustara que no tengamos el agua porque el aire marca más que el servicio. Aquí los inquilinos se van rápido por ese problema tan aburridor”.

Agregó que unos familiares que residen en uno de los barrios del sur también tienen problemas similares, por fortuna, les indicaron que con el acueducto complementario la situación de racionamiento quedaría solucionada. 

Pero en el Restrepo “los del Ibal nunca dicen nada, ellos vienen, miran, se van y todo sigue igual, necesitamos que vengan con soluciones”, aseveró Alvarado.

Y agregó, “con el bloqueo que hicimos en junio nos mantuvieron el servicio por dos días, ahora no se asoma ni el carrotanque; alguien comentó que el Ibal abría a media válvula y que si queríamos que la abrieran toda debíamos pagar $500 mil, lo que es un chiste de mal gusto porque para eso pagamos recibos”.

Igualmente su esposa acotó que los inquilinos no duran en las casas porque muchos trabajan y en las noches deben llegar a buscar agua, lo que también afecta a la dueña de la vivienda al ser su única fuente de ingresos.


 

El aire marca más que pagar el agua, porque el servicio llega más caro cuando no lo tenemos. Pedro Alvarado.

 

Por un día sin abrir el restaurante, debido a la falta de agua, perdemos entre $600 mil y $700 mil. Lorena Morales.

 

Esta redacción intentó comunicarse con los funcionarios del Ibal, sin embargo no hubo respuesta.

 

Credito
Redacción Ibagué

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