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Debido a la incertidumbre que existe con respecto a la entrega de la infraestructura educativa de varios colegios en la ciudad, el Sindicato De Maestros del Tolima, Simatol, anunció que el próximo miércoles 2 de noviembre se realizará en la capital musical una jornada de protesta, con el objetivo de ‘denunciar la desidia del Ffie’.
En vilo han estado miles de niños debido a una situación que el sindicato ha denominado como ‘gravísimas irregularidades’, relacionadas con las obras de construcción de 12 sedes educativas de Ibagué, en las que actualmente funciona la jornada única.
“SUTET-SIMATOL exige al Gobierno Municipal de Ibagué terminación y entrega de obras complementarias y adecuación de aulas, baterías sanitarias y demás ambientes escolares necesarias para garantizar condiciones dignas para estudiantes, docentes, directivos docentes y funcionarios administrativos”, afirmaron en un comunicado de prensa.
La protesta, que tendrá lugar a las 8 a.m., en la calle 37 con Quinta, se anuncia un día después de que el secretario de Educación, Juan Manuel Rodríguez, afirmara, en el marco de la socialización del presupuesto para el 2023, que existe un déficit de $34 mil millones para poder ejecutar las obras reglamentarias. Lo que significa que varias de las instituciones quedarían con trabajos inconclusos.
Los motivos
William Polo, presidente de Simatol, le comentó a El Nuevo Día cuáles eran los motivos por los que se decidió convocar, por unanimidad, a la jornada del miércoles. “En total, son cerca de 12 sedes que fueron afectadas en el marco de esta jornada única, y que no ha sido posible que se genere un avance de obra normal y que se cumpla con el cronograma establecido en un principio. Es el caso del Santofimio Caicedo, en donde se había prometido que en 7 meses se entregaba la obra y que, no obstante, ya estamos en el cuarto año y todavía seguimos esperando”, afirmó.
También explicó que la situación es igualmente preocupante en instituciones educativas como Jorge Eliécer Gaitán, donde hay falencias en cuanto a la calidad del concreto, por lo que el concepto técnico sería la demolición de lo edificado. Lo que implica que los estudiantes no podrán tener ni siquiera las viejas aulas para desarrollar sus actividades académicas.
A su vez, a falta de avances significativos en las obras, el sindicato prevé que los padres de familia, al observar las condiciones en las que se imparten las clases, decidirán retirar a los menores de dichos colegios para trasladarlos a otros, caso que terminaría repercutiendo negativamente en los profesores.
“Esto implicaría que los profesores se queden sin estudiantes, y en ese sentido se obligaría a hacer una migración de personal, con unos traslados que son injustos, porque en estas circunstancias nada ha tenido que ver el papel del maestro, con la desvinculación del alumno”, aseveró.
Cabe la posibilidad, aseguró Polo, que ello degenere en una gran crisis para el sistema educativo del Municipio, pues habría un aumento en la demanda de colegios, y una oferta que se mantendría fija, lo que podría generar en casos de hacinamiento de estudiantes, en un aula de clase que supera con creces su capacidad. “Esto va a incidir a mediano y largo plazo, tal vez de manera peor que lo que pasó en la pandemia, con la calidad de los procesos”, dijo.
“Por eso vamos a salir a la calle el próximo miércoles y vamos a exigir al Ffie, que es un hijo de Santos y Petro, que cumpla; pero también es necesario ir proyectando el plan de contingencia que permita que en el momento en que se decida acabar con esta cuenta especial del Ministerio de Educación Nacional, ya haya una solución para garantizar la terminación de las obras y, sobre todo, la financiación de las mismas”, concluyó.
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