Nuestro desempleo y pobreza no ceden
Y es que fórmulas mágicas para superar estas circunstancias socio-económicas no existen, dado que su etiología o estudio de sus causas, como cualquier novel economista podría advertirlo, es estructural, puesto que, salvo la acción aislada de unas cuantas personas y en algunos momentos de nuestra devenir histórico, -poco recordados por cierto-, en la región no se han acopiado recursos para invertirlos en creación de empresa, ni se han llevado a cabo obras de construcción de la necesaria infraestructura para apuntalar nuestro propio crecimiento, ni el Estado ha acometido trabajos verdaderamente generadores de prosperidad y desarrollo.