Los retos de la acción comunal

Una nueva jornada electoral se avecina. Una contienda noble y equilibrada, en la que seguramente no se verán practicas indecentes como la entrega de dádivas a cambio del favor popular o la negociación de puestos o contratos por parte de candidatos y electores.

Por el contrario, en la elección de las más de dos mil 900 juntas de acción comunal de nuestro Departamento, se espera observar la verdadera creatividad, dedicación y esfuerzo personal y colectivo, de un sinnúmero de dirigentes comunitarios dispuestos a enfrentarse en una justa, que les dejará la satisfacción de obtener una dignidad que les permita avanzar en un proceso de organización de sus comunidades, para crear espacios de participación, y a través de un reconocimiento formal, incidir efectivamente en la planeación, ejecución y seguimiento de procesos de desarrollo, tanto de su propio entorno, como de la ciudad y el departamento al cual pertenecen.

Estas organizaciones, que ciertamente son la base de la organización política de nuestra sociedad, deberán enfrentarse a grandes retos, de manera que puedan lograr que la acción comunal se fortalezca como el factor de base para alcanzar la unidad y transformación social en cada uno de los barrios y veredas del Tolima; en primera instancia, deberán ser capaces de encontrar soluciones pacificas y organizadas a las necesidades y expectativas de la comunidad; manteniendo siempre su razón de ser, la cual consiste en la construcción de integración comunitaria, fundamentada en la confianza, tolerancia, solidaridad y amistad de todos los habitantes; pero sobre todo, deberán propender porque las soluciones sean autónomas, basadas en las potencialidades que tienen los miembros de la comunidad y el entorno, y no solamente limitar los procesos de desarrollo al accionar de actores externos como por ejemplo las entidades del estado; así bien, es fundamental, no olvidar que el éxito de una junta de acción comunal no solamente consiste en conseguir obras o proyectos en beneficio del sector, sino que lo más importante es lograr una convivencia armónica y un desarrollo participativo, equitativo y sustentable.


Por otra parte, es bien sabido que las JAC permiten la visibilización de liderazgos; estos, que son ampliamente apetecidos por dirigentes políticos deben ser utilizados en forma positiva, de manera que el reconocimiento e incidencia que pueda llegar a tener el dignatario comunal, sirva para conseguir beneficios colectivos que fortalezcan el desarrollo del sector y de esta manera brinden credibilidad y confianza de los habitantes ante su junta de acción comunal.


Finalmente el reto mas grande, será no caer en el estancamiento después de la elección, un problema frecuente de la acción comunal y que se debe principalmente al desconocimiento por parte de algunos dignatarios acerca de las funciones propias del cargo para el cual fueron elegidos; en consecuencia, el presidente, vicepresidente, secretario, fiscal, tesorero y los coordinadores de los comités de trabajo, deberán esforzarse por mantener un activismo permanente y actuar en bloque, con el fin de dinamizar los diferentes procesos que permitan la integración y el desarrollo social y económico de los habitantes del sector.}


En síntesis, los nuevos dignatarios deberán hacer gala de sus mejores capacidades para darle grandeza a la organización que por excelencia concita la verdadera participación comunitaria, y trabajar de manera fervorosa, por posicionar la elección comunal como una imponente expresión de la democracia participativa de nuestra región.

Credito
CÉSAR PICÓN

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