Las adhesiones de los diferentes grupos políticos a la Unidad Nacional ha hecho difuminar los contingentes de la oposición y, a la vez, ha disminuido las presiones que podrían provenir de los miembros originales de la coalición que cada día pierden más peso específico en cuanto hace al trámite de iniciativas a consideración del legislativo.
Liberado el Ejecutivo de condicionamientos ha puesto reversa a controvertidas nominaciones que pueden empañar la imagen de su Gobierno en el ámbito internacional. Es así como ya se produjo la renuncia del general (r) Mario Montoya Uribe, embajador en República Dominicana y mencionado repetidamente en declaraciones de paramilitares como alias ‘Don Mario’.
El asunto no para y por similares razones se ha pedido la renuncia al flamante embajador en Lima, el expresidente de Fedegán Jorge Visbal Martelo, señalado como asociado por Salvatore Mancuso, ‘Jorge 40’ y ‘Don Antonio’, los tres connotados y sanguinarios paramilitares.
Tal parece que la reconfiguración del servicio exterior ha de continuar, pues vinculado al proceso de las “chuzadas” del DAS está el actual embajador en el Vaticano y anterior secretario de la Presidencia César Mauricio Velásquez, así como el embajador en la OEA y anterior director de la Agencia Presidencial para la Acción Social Luis Alfonso Hoyos Aristizábal, quien aparece relacionado en el proceso en el cual se ha condenado a la exrepresentante Yidis Medina. Sin contar con los reclamos del representante Iván Cepeda se advierte la intención de recomponer la fachada externa por parte del actual Gobierno. No tendría nada de raro que por cuenta del revolcón anunciado para el primer aniversario del Gobierno actual se comience también a atender el frente interno y uno de los primeros candidatos para dejar las oficinas estatales es el actual director del DAS, Felipe Muñoz.
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