Editorial: Confusión, despiste, mala fe, altanería... o todas las anteriores

El contribuyente se pregunta si habrán sido los alienígenas los culpables del desfase de más de cuatro millardos de dólares en la construcción de Reficar o si habrá que contratar con estos seres la revisión de las instalaciones eléctricas del complejo fabril en Cartagena.

Con los “reversazos” que ha tenido que presenciar el ciudadano respecto de la malhadada licencia concedida por la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) a la empresa Hupecol para desarrollar exploración petrolera en 150 pozos situados en la vecindad del Área Protegida de La Macarena, se han reafirmado conceptos y se han puesto de bulto intereses y personalidades.

El director de la Anla, Fernando Iregui, se apresuró a anunciar la concesión de la citada licencia pese a que en no menos de tres oportunidades Cormacarena (el ente regulador y protector del área) había hecho públicas sus objeciones y revelado la existencia de estudios que resaltaban la inconveniencia y el peligro resultante, para las condiciones de preservación de la indispensable región, derivadas de la realización de las pruebas. La inconsulta decisión de Iregui, que se supone enterado de lo que determina la entidad de protección (igual a lo que se supone ocurre con el omnipotente presidente de Ecopetrol) ha de tener consecuencias legales y económicas y no deja bien parada la coordinación de los entes nacionales en el estratégico sector.

Se supone, también, que una decisión de tal trascendencia se informa o comunica al Ministro del Medio Ambiente, pero de todos es sabida la incompetencia y el despiste del funcionario que desde cuando fue designado está pidiendo a los gritos su relevo, como ocurrió con la renuncia acelerada del Ministro de Minas y Energía, que se ha saldado con el nombramiento del conservador Germán Arce en tan importante cartera.

En el controvertido episodio que condujo a la revocatoria de la licencia y pronunciamientos del Ministro de marras, del presidente Santos y del “confundido “Iregui”, ha salido a la palestra otra circunstancia que reafirma el concepto que se tiene sobre la prepotencia del Presidente de Ecopetrol.

El escenario fue la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes y ante la intervención de un sereno análisis de un profesor de la Universidad Industrial de Santander (UIS) sobre los efectos que tendrían las labores de exploración petrolera en la zona resguardada, el presidente de la estatal petrolera, Juan Carlos Echeverry, salió con cajas destempladas y ante la falta de argumentos se refirió de manera altanera a los planteamientos del técnico insinuando que eran balandronadas sin fundamento y que “había en Google más registros sobre secuestros de terrícolas por alienígenas que registros sobre daños a acuíferos por la exploración petrolera”.

Ante tan singular postura el contribuyente se pregunta si habrán sido los alienígenas los culpables del desfase de más de cuatro millardos de dólares en la construcción de Reficar o si habrá que contratar con estos seres la revisión de las instalaciones eléctricas del complejo fabril en Cartagena que rutinariamente salen del servicio pese a las costosas y, supuestamente, redundantes instalaciones y equipos.

REDACCIÓN EDITORIAL

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