Editorial: Unos pasos más allá

Pero bueno, en eso consiste la democracia, que cada uno crea y piense lo que quiera sin que haya que eliminarlo ni chuzarle las comunicaciones ni enviarle encima las fuerzas de seguridad. Además que es de todos apreciado que no extorsionen ni secuestren ni recluten muchachitos.

El comandante de las Farc, Timoleón Jiménez, ha ordenado a sus fuerzas que deben dejar de extorsionar y reclutar, como parte de las señales de aproximación a la firma del acuerdo de paz. Con certeza habrá quien diga que es un subterfugio, que a “Timochenko” no le obedece la mitad de sus hombres en armas, y que la determinación es solo de dientes para afuera, mientras siguen engatusando al Presidente, su gabinete y los negociadores que son o tontos de capirote, o milicianos infiltrados o, como aparece en el más reciente argumento de oposición, tienen negocios ocultos de aguacate, mango o piedra pómez.

Las cifras, por otro lado, son tozudas: desde cuando el grupo armado ilegal asumió el cese al fuego unilateral se redujeron los hechos de sangre y en general los violentos contra la población de una manera que, aunque predecible, resulta asombrosa y que pese a generalizadas falacias resulta irrebatible, a más de estar respaldada por informes de la Fiscalía y las Fuerzas Armadas.

Por supuesto que de la misma manera han desaparecido los bombardeos de parte de las Fuerzas Armadas a los campamentos guerrilleros con lo que las bajas de estos han menguado de manera ostensible. Pero al fin y al cabo, en eso consiste la paz, en dejar de matarnos y pasar a dirimir los conflictos y discrepancias de manera pacífica y con apego a la Ley. Y para ello las Farc han anunciado su disposición a dejar las armas en un lapso relativamente corto.

De nuevo habrá quien reclame que se ignora cuantos son los milicianos, si cada uno de ellos y los combatientes tienen más de un arma y que como tienen enormes fortunas escondidas les quedará fácil salir a renovar el armamento en cualquier momento y si hace falta, y de Nuevo, asegurarán que Ban Ki Moon es un agente camuflado de Corea del Norte, que Jorge Mario Bergoglio es un infiltrado guevarista y montonero con el alias de Francisco y que Aronson (el delegado de Obama el musulmán de Isis) es un sujeto que está aprovechando la oportunidad para hacer oscuros negocios con la rubiácea o realizar enormes contrabandos de pitahaya y bizcocho de achira con María Ángela (la nueva María Cano), Mauricio (alias el largo, de las fuerzas de choque castro-chavistas) y De la Calle (comunistoide desde cuando andaba con los peligrosos Gonzalo Arango y X-504).

Pero bueno, en eso consiste la democracia, que cada uno crea y piense lo que quiera sin que haya que eliminarlo ni chuzarle las comunicaciones ni enviarle encima las fuerzas de seguridad. Además que es de todos apreciado que no extorsionen ni secuestren ni recluten muchachitos.

REDACCIÓN EDITORIAL

Comentarios