Descontento

Es hora de que el mensaje sea escuchado y se entienda entodos los niveles del Ejecutivo que se espera que un gobierno, justamente elegido en democracia, desarrolle sus planes teniendo en cuenta la voz de todos, así sea dispendioso, así los cambios que necesita el país tomen más tiempo.

Las marchas de protesta han sido tradicionalmente una manifesta- ción de resistencia civil, fundamentalmente han sido un pilar de la democracia colombiana y en los últimos años un derecho fundamental de la oposición, protegido por la Constitución.

Lo visto ayer, domingo 21 de abril, en las ciudades capitales del país y en cientos de pequeños municipios a lo largo del territorio nacional, fue la consolidación, a través de la manifestación pacífica, de un gran mensaje que un sector de la ciudadanía quiso, una vez más, expresar: una profunda inconformidad y descontento con las políticas y la forma como el actual Gobierno Nacional está llevando las riendas del país.

Se trata nada más y nada menos que una especie de termómetro de opinión pública que el presidente Gustavo Petro, su gabinete y todos quienes lo acompañan en el gobierno deberían observar y analizar con sentido autocrítico. Este sí debería verse como el resultado de una verdadera encuesta de percepción.

Un primer paso hacia esa autoreflexión lo dio ayer justamente una de las funcionarias más cercanas al jefe de Estado, la directora del Departamento de Prosperidad Social, Laura Sarabia, quien reconoció que muchas personas se movilizaron, que lo hicieron con todas las garantías y pudieron expresar su descontento. “Esta es una semana que como gobierno debemos afrontar en reflexión y autocrítica”, dijo.

Lo deseable para el bien del país es que esa consideración sea sincera y general en todos los niveles del gobierno.

Las movilizaciones del 21 de abril fueron multitudinarias y dejaron un mensaje claro: amplios sectores de la población colombiana, incluso grupos afectos a la actual administración, le están pidiendo al presidente Petro que los escuche, que las decisiones que se tomen en las altas esferas, que pueden afectar su día a día, sean tomadas teniendo en cuenta sus voces, a través de mecanismos de concertación y sean tenidas en cuenta.

Pero, además, en las masivas marchas de ayer en todo el país se escucharon los reclamos de miles de colombianos preocupados, entre otros temas, por el desbordado aumento de la inseguridad y la violencia de grupos armados que están en negociaciones de paz, la polarización, muchas veces alentada por declaraciones del mismo mandatario, la incertidumbre por el futuro del sistema de salud y los mensajes ambiguos frente a la posibilidad de una asamblea nacional constituyente por decreto, cuyos fines no están claros.

Ha sido el mismo presidente Gustavo Petro el que desde su tribuna de las redes sociales y en reiterados discursos ha alentado a la movilización de la ciudadanía, para que sea la base popular y los diferentes sectores sociales los que expresen sus puntos de vista y le hagan ver sus gobernantes lo que consideran está funcionando bien o mal. Es hora de que el mensaje sea escuchado y se entienda en todos los niveles del Ejecutivo que se espera que un gobierno, justamente elegido en democracia, desarrolle sus planes teniendo en cuenta la voz de todos, así sea dispendioso, así los cambios que necesita el país tomen más tiempo, con el fin de que resulten en un beneficio real y duradero para cada colombiano.

El Nuevo Dia

Comentarios