El horrendo crimen de Yuliana Samboní

Ojalá Uribe Noguera no tenga ningún privilegio a causa de sus apellidos y sus valiosas amistades, entre ellas la del hijo del mismo Fiscal General, de quien se dice es novio de una de sus primas.

El caso del homicidio de la pequeña Yuliana Samboní, que estremeció y horrorizó a Colombia la semana anterior, cada día parece más difícil de asimilar, a pesar de que en nuestro país pareciéramos haber perdido la capacidad de asombro.

Como si hubiera salido de la mente de algún siniestro libretista, la tragedia de esta familia indígena oriunda del Cauca, además de generar indignación y repudio, ha logrado sacar a flote los más escalofriantes sucesos, y ha generado un mar de incertidumbres, propias de un caso de alguna serie de TV estadounidense.

Luego de más de una semana en la que el país se enteró del atroz crimen perpetrado por Rafael Uribe Noguera, se siguen conociendo pistas acerca del macabro homicidio, y datos que revelan las distorsionadas conductas del acusado, desde sus días de colegio, hasta sus últimos mensajes en redes sociales, y que darían cuenta de una persona con serios trastornos de personalidad, adicta a la pornografía, y consumidor de alcohol y drogas.

La extraña muerte de Fernando Merchán, celador del edificio Equus 66, y que estaba de turno el día del crimen, sumado a algunas inconsistencias en las declaraciones que alcanzó a dar, reflejan gato encerrado en su muerte, y darían cuenta de una posible complicidad. Además de los videos que lo muestran hablando con Uribe Noguera al momento de ingresar con la niña, se conoció que Merchán impidió en primera instancia la entrada de los hermanos de Uribe Noguera, supuestamente porque éste no estaba, a sabiendas que no era cierto, probablemente en ese momento Yuliana estaba siendo violentada.

Tampoco coinciden con los hechos, las declaraciones dadas por Francisco Uribe, hermano de Rafael, pues como quedó registrado en la minuta de la portería, él y su hermana Catalina, ingresaron al apartamento horas antes de contactar a la Policía, y habrían sugerido a su hermano el plan de beber alcohol y consumir cocaína, mientras contactaban un abogado que asumiera la defensa a cargo de una alta suma de dinero. Al igual que ello, aparentemente habrían manipulado la escena del crimen, lavando el cuerpo de la niña con aceite de cocina, razón por la cual fueron llamados a indagatoria.

Ante el horrendo crimen de Yuliana, hoy los colombianos seguimos reclamando justicia, y ante los violadores de niños, penas más drásticas. La cadena perpetua, o la pena de muerte, son opciones que recobran sentido cuando ocurren casos así, y sin ninguna duda, dichas medidas merecen ser estudiadas con toda la seriedad del asunto.

Ojalá Uribe Noguera no tenga ningún privilegio a causa de sus apellidos y sus valiosas amistades, entre ellas la del hijo del mismo Fiscal General, de quien se dice es novio de una de sus primas. Bien dijo alguien por ahí, con la muerte de Yuliana, nos mataron a todos un poco.

REDACCIÓN EDITORIAL

Comentarios