Deportes Tolima, el centavito pal´ peso

Una de las grandes críticas al Deportes Tolima, es que cada que encuentra un buen jugador, termina por venderlo, y en parte se entiende, porque el fútbol es un negocio. No obstante, ese negocio depende de un buen espectáculo y de ganar torneos, y con cada cambio de plantilla, difícilmente podrá conseguirse.

Seis años tuvieron que pasar para que el Deportes Tolima llegará nuevamente a una final del Fútbol Profesional Colombiano. Con la derrota del pasado domingo, el equipo pijao completó seis subcampeonatos en siete veces que ha llegado a la instancia definitiva, y como dirían algunos, nuevamente le volvió a faltar el centavito pal´ peso.

Las más recientes y recordadas finales fueron frente al Cúcuta en 2006, y frente al Once Caldas en 2010, en ambas perdió el Tolima luego de haber hecho méritos para ganar.

La anhelada estrella de navidad esta vez fue para Santa Fe, quien con un juego totalmente defensivo y sin proponer mucho fútbol, logró aguantar las pocas opciones claras que tuvo el equipo de Gamero, y capitalizó en un tiro de esquina, el único gol del partido y que bastó para matar las ilusiones de los hinchas tolimenses que estuvieron en el Campín, y de los miles de tolimenses que se agolparon en plazas y centros comerciales de Ibagué para ver el juego.

Ante una nueva decepción futbolera a manos del Tolima, mucho por decirle tanto a jugadores, como al exsenador Gabriel Camargo. Lo primero es reconocerles su mérito por llegar a la final, sabemos que el fútbol no siempre es justo, y la impresión que nos deja el resultado, sin ánimo de excusar la derrota, es que por el estilo de juego que mostró Santa Fe, el título hubiera quedado mejor en manos del Vinotinto y Oro (aunque también le faltó jerarquía y garra en el juego del domingo).

También porque para muchos el paso del equipo de Bogotá a las finales, se opacó con la negligencia de la Dimayor, al no querer suspender la semifinal de vuelta, que enfrentaba a Santa Fe con Atlético Nacional, representante del continente en el Mundial de Clubes, y que, ante la negativa del ente rector del fútbol, el equipo paisa tuvo que poner a un grupo de muchachos Sub 19, que fue masacrado por Santa Fe, dándole así el paso a la final.

Lo segundo es que, de cara a la Copa Sudamericana del 2017, y de los dos torneos colombianos, es necesario que el Deportes Tolima traiga buenos refuerzos. El equipo de hoy, a pesar de algunos buenos partidos de Cléider Alzate, no ha logrado encontrar un volante 10 que se eche el equipo al hombro y genere juego de mitad de cancha hacia arriba. También es claro que la falta de contundencia arriba hay que suplirla con goleadores natos, y que, ante una opción clara de gol, no terminen por botarla por encima de los palos, caso Marco Pérez.

Una de las grandes críticas al Deportes Tolima, es que cada que encuentra un buen jugador, termina por venderlo, y en parte se entiende, porque el fútbol es un negocio. No obstante, ese negocio depende de un buen espectáculo y de ganar torneos, y con cada cambio de plantilla, difícilmente podrá conseguirse.

REDACCIÓN EDITORIAL

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