Navidad que vuelve…

Hoy, día de Navidad, como ibaguereños solo podemos pedir que los regalos que necesita nuestra ciudad lleguen pronto y no tarden tanto.

Cada que llega la Navidad, pareciera sentirse en el aire un ambiente distinto. Sentimientos de esperanza salen a flote y suavizan de momento los infortunios o al menos los hacen más llevaderos. Diciembre generalmente es testigo de actos de reflexión, unión familiar y reconciliación, aunque también de discordia y momentos infortunados. No obstante, se percibe un sentimiento generalizado de que todo anda bien simplemente porque es Navidad.

Normalmente esta época se presta para un balance de lo poco o mucho que se logró hacer en el año, los proyectos personales que tuvieron feliz término y aquellos que se quedaron solo en planes. Por estos días los mandatarios locales rinden cuentas, y la foto de la novena y del evento navideño están a la orden del día en sus redes sociales.

En Navidad, la mayoría de empresas aprovechan para agasajar a sus empleados, mientras que el colombiano promedio que vive del rebusque ruega al cielo para que lo poco que se gane le alcance para tener un plato de natilla en su mesa la noche del 24. El comercio aprovecha el ambiente festivo para trabajar duro e incrementar las ventas.

De ahí que la celebración de la Navidad haya perdido su verdadero significado, para convertirse en una simple tradición fiestera ligada al mundo del consumo. Por ejemplo, el Día de la Virgen, que se celebra cada 8 de diciembre, ahora lo llaman Día de Velitas, y es celebrado por ateos y no creyentes con música, licor y pólvora. Para ellos, la Navidad se convierte en la excusa perfecta para rumbear, recibir regalos y vacacionar. Otros celebran con mayor devoción y aprovechan para rezar la novena, esperar al Niño Dios, (Santa Claus o Papá Noel para los agnósticos), compartir con los más necesitados y hacer obras de caridad. Lo cierto es que cada quien disfruta a su manera y según como esté su baile.

Finalmente hoy, día de Navidad, como ibaguereños solo podemos pedir que los regalos que necesita nuestra ciudad lleguen pronto y no tarden tanto. El acueducto complementario, la culminación de las obras de los escenarios deportivos, mayores oportunidades de empleo, descongestión vehicular, seguridad, entre otras, hacen parte de la gran lista.

“Unos van alegres y otros van llorando” dice la canción, y nosotros esperamos que los que canten sean Orlando, Carlos Heberto y Osvaldo (si es que el Niño Dios lo trae de regreso), los ‘tres reyes magos’ que como por arte de magia, desaparecieron la platica de los pasados Juegos Nacionales. Aun así, ¡felices fiestas de Navidad!

REDACCIÓN EDITORIAL

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