Cuando los poderosos usan su posición para abusar de otros, todos perdemos”. Quizás esa frase fue la más contundente del emotivo discurso hecho por Meryl Streep en la ceremonia de entrega de los Globo de Oro, llevada a cabo en días pasados. Streep, reconocida mundialmente por su exitosa carrera actoral, los múltiples reconocimientos recibidos, entre ellos tres premios Óscar y 18 nominaciones, logró generar un gran llamado de atención, en especial al electo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Su pronunciamiento, el cual fue registrado y ampliamente difundido por la gran mayoría de medios de comunicación del mundo, se dio en defensa del respeto por el otro de parte de personas que ostentan poder, y tuvo que ver especialmente con un episodio protagonizado por Trump, en donde se burló de un periodista del New York Times, a causa de una discapacidad física.
De lo dicho por la famosa actriz, a quien en su defensa el republicano llamó “sobrevalorada”, hay muchas cosas por rescatar. En especial aquello de que ostentar poder, no significa tener la libertad de pisotear a quien se encuentra en condiciones diferentes. En Colombia, aquel arribismo desbordado, lo hemos visto en personajes de la vida pública nacional, como el vicepresidente y futuro candidato presidencial Germán Vargas Lleras, en donde agredió físicamente a uno de sus escoltas.
Igualmente, parte del discurso de Streep, tuvo que ver con la defensa a la prensa y a los medios de comunicación, quienes, según ella, al igual que los actores, son los más vilipendiados y maltratados. Volviendo a la parroquia, resulta inevitable no recordar el episodio de censura a la prensa protagonizado por don Gabriel Camargo recientemente. Igualmente, la agresión de una funcionaria de la “Ibagué con todo el corazón” a una periodista de la ciudad, dejó ver lo peor de su irrespeto.
La gran reflexión del discurso, debe ser la importancia de la humildad, sobre todo en aquellos personajes que gozan del reconocimiento público. Los líderes y dirigentes políticos siempre estarán llamados a hacer uso del carisma y el buen trato con los ciudadanos. No de la misma forma que un político, pero con la responsabilidad de ser un ciudadano ejemplar, están los empresarios, periodistas, actores, artistas y deportistas. La gente siempre espera más de lo normal de ellos, y el maltrato o el irrespeto a causa de sus posiciones en la sociedad, jamás serán bien recibidas, ni de ellos, ni de nadie.
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