¿Funcionó la promoción turística del Tolima?

Después de más de tres semanas de celebraciones, se normalizan las actividades en todo el país. Millones de colombianos que salieron en busca de descanso y recreación comienzan el regreso a sus ciudades de origen, aunque se espera que la presencia de visitantes en el Tolima se prolongue hasta mediados de este mes. De acuerdo con los cálculos oficiales, por el Departamento circularán cerca de 250.000 vehículos, durante el puente de Reyes.

El Gobierno seccional hizo una gran inversión en diciembre para dar a conocer destinos y planes turísticos de la región, con la campaña “Tolima, en el corazón de los Andes”, y organizó eventos promocionales en capitales vecinas como Manizales, Bogotá, Pereira, Armenia y Neiva. La oferta se ha diversificado y se impulsan paquetes adicionales a las tradicionales piscinas, que fueron durante muchos años la principal atracción para los turistas, en especial los provenientes de Bogotá. 

El Tolima, y en especial su capital, han orientado su economía a los servicios turísticos. Así, en Ibagué existe una abundante oferta gastronómica y el cañón del Combeima se ha posicionado como un destino, en el que además de encontrar buenos restaurantes, se ofrecen planes de senderismo, avistamiento de aves, “glamping”, “camping” y cabañas turísticas.

Otros municipios están explorando nuevas atracciones para los turistas. Murillo, Falan e Icononzo, se suman a los tradicionales Melgar, Honda, Mariquita, Prado e Ibagué. Los visitantes también se han vuelto más exigentes y, aunque llegan con el objetivo de descansar, también se interesan por desarrollar actividades diferentes y emocionantes, y reclaman mejores servicios.

Aún es muy pronto para dictaminar el resultado de la estrategia, en lo que se refiere a hotelería y el impacto en los restaurantes y el comercio de Ibagué y los demás municipios promocionados. Lo cierto es que hubo una gran afluencia de visitantes. Sin embargo, se hace necesario determinar cuál fue el impacto, con el fin hacer los ajustes que sean del caso. Así mismo, hay que insistir en ello, es necesario que los operadores turísticos, los hoteleros, los guías y los empresarios que de alguna u otra forma están vinculados con la actividad turística (restaurantes, bares, transportadores) conozcan en qué consiste la campaña para que exista coordinación entre todos los miembros de la cadena. 

Habrá que medir los resultados en cuanto al número de visitantes, la ocupación hotelera, cuáles fueron los destinos preferidos en los municipios, si los turistas llegaron atraídos por la campaña o por qué motivo se decidieron por este destino, cómo fue la atención y si los nuevos visitantes repetirían la experiencia. Esperamos que pronto se conozca esta evaluación.

EDITORIAL

Comentarios