Desde las 9 de la mañana, del pasado jueves, permanecen abiertas las puertas del Coliseo de Ferias Pepe Cáceres, escenario donde hay cerca de 160 stand de artesanías, comidas, especies menores, productos agrícolas e industriales. 

De igual forma, ejemplares bovinos y equinos que por estos días son la razón y el verdadero sentido de la feria, que reúne además de familias enteras, a diferentes haciendas y criaderos en busca de un reconocimiento. 

Héctor Eduardo Vargas Valencia, director Ejecutivo y Técnico de Ganadería de Infibagué explicó que son 40 ganaderos de los departamentos de Antioquia, Caldas, Valle del Cauca, Boyacá, Cundinamarca y Casanare, los que en esta versión reunieron cerca de 193 razas. 

“De las cebubinas, hay Brahman y Gyr. Entre otras, los hacendados traen Simental, Senepol, Brangus, Romosinuano, Blanco orejinegro. Siendo los dos últimos, criollos”, explicó Vargas. 

Agregó, además, que su participación es para que en el juzgamiento que se hace, teniendo en cuenta el sexo, raza y edad, sean posicionados como los mejores, y de esta forma, se conozcan y se vendan sus ejemplares al mejor precio.  

Es así como José Guarnizo, de la hacienda Cauchito de Ibagué, trae razas con el interés, más que vender, para  mostrar que el producto de su finca es el mejor. 

“Creo que este es el propósito de todos los ganaderos que participamos de esta feria, porque comercializar, es difícil, la plaza es muy pequeña, contrario ocurre con Agroexpo que se lleva a cabo en Bogotá”, dice Guarnizo. 

Otros, tienen un interés más académico. Es el caso de Juan Enrique Reyes Villalba, médico Veterinario Zootecnista de la Universidad del Tolima. 

“Con los Romosinuanos (tipo de raza) queremos preservar una de las siete razas criollas que hay en Colombia.

“Caracterizadas porque son resistentes al clima cálido y porque pueden alcanzar cerca de 460 kilos de peso, que sirven para la conversión de carne”, explicó el profesional. 

Los equinos

“Sin caballos no hay feria”, dice Teresa Téllez Lozano, directora Ejecutiva de Asocatol. 

Ella explica que la exposición equina que se está haciendo en esta versión de la 46 Feria Agropecuaria e Industrial de Ibagué, genera empleos indirectos y reconocimiento para los criaderos. 

“Los caballos cuando salen a pista y ganan una de las cuatro modalidades que hay (trote y galope, trocha y galope, trocha pura y el paso fino colombiano) los valoriza. 

“Tanto así, que algunos salen de su presentación e instantáneamente ya tienen otro dueño”, señala Téllez.

Especificando, además, que el objeto de los criaderos de los departamentos de Antioquia, Cundinamarca, la Costa, Eje Cafetero y del Tolima, que traen cerca de 250 equinos a esta feria, es lograr  un mejor estatus para los ejemplares que quieren sean valorizados.    

La vitrina de los agricultores

Hay otras exposiciones que son importantes, para que los campesinos de la región puedan mostrar la calidad de los productos agrícolas. 

Ernesto Forero Carvajal, director de la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria Umata, mencionó que en esta feria son cerca de 25 productores de los lugares más apartados de la zona rural de Ibagué, los que sin intermediarios pueden vender lo que producen.

Dando reconocimiento a las asociaciones como la Corporación Cañón del Combeima, Asomocafu, de la parte alta de la vereda San Francisco; la Asociación Amemn, Aspoibagué y Asococora, entre otros. 

El ‘agosto’ de los artesanos y de la gastronomía

Entre otras actividades que mueven la economía de la Feria, están los diferentes productos que venden los artesanos, que por años se han capacitado con el programa de laboratorios microempresariales y las variedades de comidas, bebidas que traen restaurantes de la región y cocineros independientes. También, las diferentes actividades que se organizan para los niños, que disfrutan de los demás atractivos, más el de especies menores.