‘La trocha’ del Jordán

Un ciclista con fractura de clavícula, un vehículo volcado, motociclistas lesionados y uno que otro accidente de tránsito son algunos de los inconvenientes que han presenciado los residentes de la Manzana 22 de la Segunda Etapa del Jordán.

La razón de los incidentes: los cráteres que existen sobre la vía. Aparte de las situaciones anteriormente mencionadas, la comunidad reclama la pavimentación de la malla vial, pues, según lo indicado, el sector ha sido acogido como depósito de escombros.

 

Tal parece que los populares ‘zorreros’ dejan allí materiales y residuos de las obras de construcción.
“Esta es una calle peligrosa” Algunos de los vecinos de la zona explicaron que hace tres años el Ibal cambió la red de acueducto y alcantarillado de las manzanas 22 y 23. Posteriormente, la Secretaría de Infraestructura pavimentó las calles de la Manzana 23, pero no hizo lo mismo con la otra Manzana.

 

Desde entonces quienes residen allí han sido testigos de “graves” accidentes de tránsito. Así mismo, han tenido que padecer por el deterioro de sus propios vehículos. “Nuestro martirio comenzó cuando el Ibal terminó las obras de renovación de la tubería.

 

Supuestamente tan pronto como ellos (los obreros) culminaran los trabajos la Secretaría de Infraestructura debía pavimentar. A los de la Manzana 23 sí les cumplieron con eso, pero a nosotros nos dejaron esperando, pues al día de hoy no han hecho nada. “En todo este tiempo se han registrado varios accidentes; hace dos años un joven que iba en bicicleta no pudo esquivar un enorme hueco y se cayó partiéndose la clavícula.

 

En otra ocasión un señor que conducía un carro, por darle vía a otro, tampoco pudo esquivar uno de esos cráteres y se volcó”, sostuvo María Melida Obando, vecina del sector. Celmira Bonilla de Haya, otras de las afectadas, coincidió en lo peligroso que resulta transitar sobre esta vía. De igual forma, refirió que en la temporada invernal los huecos se convierten en lagunas y en el verano no se soportan la polvareda.

 

“Cada vez que llueve esos cráteres retienen el agua, convirtiéndose en un riesgo para quienes pasamos por allí. Aunque en realidad no sabemos qué es peor, pues cuando hace Sol las casas se llenan de polvo. Para el transito de carros, a muchos les toca dar la vuelta por la otra Manzana, porque no les gusta pasar por aquí.

 

“Esta calle infortunadamente es peligrosa para pasar, lo digo especialmente por las motocicletas, ya que en muchas ocasiones por esquivar los huecos pierden el equilibrio; hace poco una muchacha se raspó todas las piernas porque le fue imposible evitar el enorme roto”, señaló. A su turno, Aleida Rodríguez de Idárraga hizo énfasis en que personas ajenas al sector constantemente arrojan escombros y restos de lo que fueron estructuras en concreto.

 

“Estamos muy preocupados, porque cada nada viene la gente a la que le pagan por botar los escombros y nos dejan eso aquí. Esa situación nos molesta, porque quienes tenemos carro propio sabemos que se nos están deteriorando”, complementó.

Credito
ANA LUCÍA RIVERA Q.

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