Santa Rita, un pequeño lugar de gente audaz

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
El barrio ocupa apenas una hectárea, o poco más, pues el terreno donde se fundó estaba rodeado de barrios que sin proponérselo lo habían delimitado, o dicho de otro modo: el barrio se construyó en los predios excedentes que dejaron otras urbanizaciones.

Ubicado en la comuna Nueve, Santa Rita se fundó hace más de 30 años junto al barrio Bello Horizonte, las casas se levantaron de manera dispar ya que tuvo crecimiento lento durante los primeros años, dado que no nació como un proyecto comunitario sino que fue progresando a medida que se iban vendiendo los predios.

Según Jorge Eliécer Calderón, presidente de la Junta de Acción Comunal, Humberto Hernández, dueño de Huevos Vigor, construyó el barrio Villa Marina para los trabajadores de su empresa, el terreno sobrante lo loteó y vendió, de esa manera se dio paso a la cimentación de Santa Rita.

Es por eso que hay casas altas que contrastan con residencias de un piso, incluso, en obra negra. Jorge Calderón calcula que allí viven 200 familias, entre pensionados y jóvenes que se caracterizan por ser amables y simpáticos, además de respirar ambiente de empeño, debido a las nuevas personas que han llegado al sector.

“La gente es muy unida, muy colaboradora, de buenos modales y de buen vivir, se ven pocos problemas”, asegura Calderón.

Necesidades

Contrario a lo que se piensa, no todos los barrios cuentan con lugares en que la comunidad se pueda reunir o desarrollar actividades, es el caso de Santa Rita, que carece de un salón comunal o un parque para los niños, por lo cual se hace las actividades en las calles que no tienen mucho tránsito de vehículos.

“No tenemos parque, ni un salón comunal, ni un centro educativo, necesitamos un lugar dónde hacer reuniones y dónde convocar a la Junta, dar clases y seminarios. Siempre que se hace una reunión hay que hacerla en la vía pública”, precisa Calderón.

Sin embargo, Santa Rita ya no tiene dónde construir, pues no hay campo.

El barrio se vale del centro comunitario de Villa Marina, gracias a la colaboración del Presidente de ese barrio, quien lo cede para que el Sena oriente clases de modistería y manicura.

Sobre los parques, Jorge Eliécer Calderón dice que los jóvenes tienen que ir al centro recreacional Comfenalco, o acudir a las canchas del barrio Las Américas.

Algunas dificultades

El Presidente de la JAC lleva al frente del barrio 12 años, en los cuales ha tenido que sortear dificultades que comparten los barrios vecinos como las malas condiciones que tienen algunas calles, hurtos en las noches, problemas con el suministro de agua y una canal por la que corren aguas lluvias, que en días lluviosos aumenta el caudal y entra a las casas ubicadas sobre el conducto.

Javier Espinoza, propietario de una casa afectada, dice que “antes había unos tubos y los tumbaron no sé por qué, de mi parte hice un puente con hacha y machete, le sirve mucho a la comunidad, todo esto se inunda. A mí se me entra el agua porque la canal es insuficiente y no aguanta el agua”.

“Tenemos una canal que viene de los lados de Coca Cola, y cuando hace invierno se inundan las casas que están a ese lado de la vía. Estamos coordiando con el presidente de Bello Horizonte y Villa Marina, se ha solicitado al Ibal qué podemos hacer con esa canal y ellos nos dicen que es Cortolima la que debe hacerse cargo, y al final no sabemos a quién podemos pedir que nos colaboren, con las calles que se tapan” asegura Calderón.

Agenda del barrio

Para el Día de la Madre están organizando una actividad con las comisiones de trabajo de la Junta: pretenden vender comida para recaudar fondos y llevar a cabo la celebración de esta actividad, que está prevista para final de mes.

Desde que hicieron el cambio al sistema de transporte, la ruta 30 dejó de circular por el barrio, por lo que piensan dirigirse a la Secretaría de Tránsito para conseguir su reactivación, pues la gente reclama que no conocen los cambios que hace dos semanas implementó la Secretaría.

“Necesitamos un puente que comunique a Praderas con Santa Rita, ya que ha sido contruido por la comunidad para que haya acceso de los carros, transeúntes, gente que estudia y trabaja”, explica Espinoza.

Opinan

Santiago López, tendero que lleva 20 años viviendo en el barrio, dice que “ha mejorado el aspecto físico de las casas, nunca ha tenido problemas, y es muy calmado. Está pavimentado en un 80 por ciento”.

Carlos Cardoso vive ahí hace 27 años. Él asegura que “no es un barrio de problemas, económicamente hay necesidades, cuando yo llegué era potrero y había pocas viviendas, poco a poco se ha ido urbanizando, pero casi no hay integración. No somos unidos”.

María Eugenia Bonilla, otra antigua habitante del barrio, dice que “antes había muchos huecos, yo apoyé la pavimentación, no teníamos el agua, teníamos que salir a las 2 de la mañana a que nos dieran agua los carros”.

Libardo Saavedra Romero, residente del sector, señala que “antes las calles eran un barrial en invierno. Nosotros sufrimos al principio, pero después fue evolucionando gracias al esfuerzo de la comunidad, acá no había ni agua, menos teléfono”. 

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