“Rechazamos de plano los comentarios mal intencionados que buscan enlodar el buen nombre del señor Gordillo y de su familia, así mismo las amenazas de las que ha sido objeto”, reza el comunicado.
Los propietarios recuerdan que el establecimiento se ubicó sin cumplir con los requisitos legales y su operación “afectó” su condición de vida.
“Al funcionar durante las 24 horas del día, nos alteró la tranquilidad de la noche haciendo difícil el sueño reparador. Como el supermercado no hizo las adecuaciones que por norma debería realizar, como la insonorización, su música ambiental a gran volumen rompió nuestra paz. Tampoco tenía zona de cargue y descargue lo que obstaculizaba muestra movilidad. De noche, al vender licor, se presentaban cuadros terribles de borrachos bullosos y consumidores de droga en espectáculos deprimentes”.
Las familias agregan que no tienen nada en contra del empresario Carlos Alvarado y los trabajadores del lugar, y afirman que están “haciendo valer sus derechos”.
“Seguiremos unidos exigiendo el cumplimiento de la ley porque jamás nos prestamos a componendas ni a complicidades”, recalcan.
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