El desafío de devolverles la seguridad a los tolimenses

La gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, empezó su gestión con uno de sus mayores compromisos: recuperar la seguridad regional, y comenzará por Espinal, uno de los municipios más críticos en materia de criminalidad.

Espinal es la segunda ciudad del Departamento, con más de 75.000 habitantes. Cuenta con un importante complejo agroindustrial y es gran productora de arroz, que la hacen una de las de mayor dinamismo económico de la región.

Además, el municipio se halla en un corredor estratégico, ya que es un paso obligado para conectar al centro con el sur y el occidente del país. Este privilegio lo posiciona como un territorio codiciado por los grupos delincuenciales dedicados al tráfico de estupefacientes, armas y toda clase de mercancía ilegal. En los últimos años, la otrora ciudad tranquila, acogedora, alegre y próspera, famosa en el país por las fiestas de San Pedro, se tornó en lugar inseguro y sitio de operaciones de bandas dedicadas al microtráfico de estupefacientes y otras actividades al margen de la ley, lo cual ha hecho que aumenten la extorsión y los casos de sicariato. Así mismo, en los últimos años, personas que se dedican a la brujería, la mezclan con otras operaciones ilícitas que también han causado enorme daño a los espinalunos.

De acuerdo con el Observatorio de Convivencia y Seguridad Ciudadana de la Cámara de Comercio del Sur y Oriente el Tolima, entre enero y noviembre de 2023, se registraron 30 homicidios dolosos, 16 de ellos perpetrados por sicarios.

Es por eso que la gobernadora anunció que sus primeras acciones en materia de seguridad se concentrarán en Espinal; una de ellas, será trasladar la sede del Comando Operativo de la Policía del Tolima a este municipio, con el fin de conseguir una mayor eficacia. 

En los últimos meses, gracias a acciones conjuntas de las autoridades, se han logrado avances significativos en materia de orden público, con el desarrollo de operativos que han concluido con la captura de peligrosos cabecillas, y otras actuaciones, gracias a las cuales se logró una importante reducción de los homicidios, pero aún es necesario que se consoliden estrategias para que los espinalunos vivan con tranquilidad. Hay que desmantelar, así mismo, estas bandas por completo, para evitar que desplacen su centro de operaciones ilícitas a otras poblaciones.

Es un acierto que la “gobernadora de la seguridad”, como se definió, comience su gestión con acciones contundentes para garantizar la tranquilidad de los tolimenses, y es de esperar que estas se extiendan a todo del Departamento.

EDITORIAL

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