Escándalos no tan pasajeros

Por lo visto es mucho lo que todavía queda por averiguar y ahondar en el asunto de la DIAN y en la región aparecen pistas protuberantes.

Es bien sabido que la inagotable cadena de escándalos que se denuncian día a día hace que, muy pronto, sean desbancados de los titulares los que ayer asombraban a la ciudadanía. También interviene en el olvido la magnitud siempre creciente de los desaguisados que ahora se contabilizan en un número de dígitos que supera la capacidad de registro de las calculadoras de uso cotidiano.

 

Por cierto ya nada se mide en millones y una noticia que implique desfalcos medidos en sólo millardos va irremediablemente en las páginas interiores de periódicos y revistas, en tanto para merecer portadas el saqueo debe medirse en billones.

 

En esa ruta de olvido parece haber entrado el escándalo de la DIAN, con las consiguientes empresas de papel, exportaciones ficticias y contubernio con los esguinces a sus obligaciones de los tristemente célebres Nule. Poco se ha mencionado el paso por Ibagué de algunos de los encartados en el lío de los impuestos y del concepto que en la Administración local se tiene sobre los que aparecen como protagonistas del millonario desfalco.

 

En la Administración de Ibagué laboró un tiempo Blanca Jazmín Becerra, a quien hoy se señala como cerebro del tinglado, quien ha acumulado un patrimonio que supera los 10 millardos de pesos y quien se allanó a los cargos imputados. Sobre la exfuncionaria sus antiguos compañeros la señalan como corta de entendederas y que suplía sus limitaciones con un superlativa infatuación, por lo que dudan que haya podido urdir el tejido  que hoy concita la atención de los entes de control.

 

Por estos lares también laboró Óscar Franco Charry como director local, quien luego pasó a la Dirección General de la DIAN y hoy se le señala como culpable de negligencia por no haber hecho nada respecto de las obligaciones fiscales incumplidas por los Nule y, contra todo raciocinio, haberles encomendado la remodelación de numerosas oficinas de la institución en todo el país.

 

Funcionarios de la DIAN local señalan a Franco como la persona que cuando llegó a la Dirección General llamó a otros empleados de la Dirección regional a posiciones claves en la estructura del ente fiscal nacional; estos sí con ideas, capacidad de gestión y don de gentes que sufrieron un muy rápido e intempestivo cambio de fortuna que se ha traducido en una milagrosa multiplicación de costosos bienes raíces y vehículos a más de la conformación de empresas de operación en el ámbito internacional.

 

Por lo visto es mucho lo que todavía queda por averiguar y ahondar en el asunto de la DIAN y en la región aparecen pistas protuberantes. 

EL NUEVO DÍA

Comentarios