Con tiempo para pensar y reflexionar

La situación puede empeorar: por ahí anda un sujeto con aspiraciones de alcaldía de quien ya se sabe qué hizo en la Cámara de Comercio y Comfenalco y la última vez que participó en elecciones llamaba a sus amigos a votar por un tal Juan Carlos Rizzeto, una ficha del grupo narcoparamilitar de Juan Carlos Martínez.

A diferencia de lo ocurrido en las próximas elecciones para escoger gobernador, alcaldes, diputados y concejales en esta ocasión y con suficiente anticipación, comienzan a conocerse las aspiraciones y se configuran coaliciones con la intención de lograr la victoria en un poco más de un año.

La última vez el tiempo transcurrió en medio de indefiniciones y cuando llegó la fecha todo pareció estar consumado sin posibilidades de marcha atrás.

Ahora, por el contrario, los medios registran la temprana aparición de coaliciones que se presentan sonrientes al escrutinio público y se da a conocer aspiraciones con despliegue publicitario, mucho antes de lo que la ley lo permite y lo manda la organización electoral.

La descentralización administrativa y la elección popular de gobernadores y alcaldes fueron concebidas para que las comunidades tuvieran plena conciencia de la responsabilidad del voto, de las prioridades a establecer en los programas de gobierno y de los necesarios actos de contrición y sanciones políticas a establecer en caso de flagrantes equivocaciones en la selección de los mandatarios.

En otras regiones se ha podido apreciar el efecto pedagógico de la toma de consciencia, que se ha saldado con sanciones y castigos electorales hacia los candidatos y partidos que se han equivocado en materia grave en el tema electoral; por estos lares, el elector ha reincidido con vocación masoquista, como puede apreciarse en el estado de la cosa pública.

La situación puede empeorar: ahí anda un sujeto con aspiraciones de Alcaldía de quien se sabe qué hizo en la Cámara de Comercio y Comfenalco y la última vez que participó en elecciones llamaba a sus amigos a votar por un tal Juan Carlos Rizzeto, ficha del grupo narcoparamilitar de Juan Carlos Martínez.

Por otro lado dice aspirar a la Gobernación quien desde la Alcaldía de Ibagué realizó el más desembozado saqueo y la más descarada privatización de las propiedades del municipio y aliado con el narco más reconocido y un comandante de la Policía, que deshonró el uniforme y convirtieron la ciudad en un foco de corrupción y el ejemplo de la inoperancia.

Dicen que al can no le hacen dos veces la misma operación, pero en nuestro territorio el asunto se ha repetido hasta poner a prueba la capacidad de aguante de la ciudadanía.

REDACCIÓN EDITORIAL

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