Editorial: Excusas de kínder

En Islandia renunció el Primer Ministro, Perechenko alista maletas y en Gran Bretaña hay manifestaciones para que se vaya Cameron. Eso que esta es apenas la cuarta empresa de su tipo en Panamá y tan solo se revelaron la cuarta parte de sus archivos. Vale decir que hay otros 48 paraísos fiscales en funcionamiento.

Para nadie medianamente enterado es un secreto el oficio que desempeñan los paraísos fiscales que existen alrededor del mundo; mucho menos se desconoce la tarea que cumplen los bufetes de abogados que asesoran a las empresas y personas que buscan, en esos paraísos, esconder parte de sus fortunas, eludir cargas tributarias o hacer más fáciles sus operaciones internacionales. Sin entrar siquiera a cuestionar el origen de los citados recursos.

Por las razones anotadas parecen pueriles la mayoría de las explicaciones dadas por quienes figuran en los millones de piezas documentales dadas a conocer por una organización internacional de periodistas y que de una manera u otra han hecho uso de las llamadas empresas off-shore y han tenido cuentas en lugares como Panamá que es la sede principal del bufete cuyos archivos fueron hechos públicos.

El propio presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se pronunció al respecto, para criticar la existencia de estos instrumentos y de los países que los permiten y manifestó que solo sirven a los más ricos que se benefician de unas injustas gabelas fiscales que no están al alcance del ciudadano común.

Faltó , eso sí, que el mandatario estadounidense se refiriera a los dos estados de la unión que cumplen esa función y la razón por la que su gobierno no ha propiciado el meterlos en cintura.

De resto y por doquier las excusas parecían argumentos de párvulos cogidos en travesuras y no de presidentes, primeros ministros, estrellas del deporte, altos funcionarios, ex ministros de Hacienda y hasta los encargados de negociar a nombre de Panamá las objeciones que países como Colombia u organizaciones como la Ocde, expresan ante los irregulares procedimientos de la permisiva legislación del istmo.

“Que fue mi padre ya fallecido”, dice Cameron en Gran Bretaña, parecido argumento al de Messi y similar al de Macri en Argentina. “Que íbamos a exportar carbón” dijeron dos caballeritos de industria en Colombia. “La establecí pero no sé para qué”, dijo un alto funcionario colombiano. “No se me consultó”, dijo un Premio Nobel. “Nunca ha estado activa”, expresó un ex ministro y vino a descubrirse que la filial del bufete la maneja en Colombia quien fuera Alto Comisionado de Paz.

En Islandia renunció el Primer Ministro, Perechenko alista maletas y en Gran Bretaña hay manifestaciones para que se vaya Cameron. Eso que esta es apenas la cuarta empresa de su tipo en Panamá y tan solo se revelaron la cuarta parte de sus archivos. Vale decir que hay otros 48 paraísos fiscales en funcionamiento.

Por lo menos habría que reclamarles a tantos ingenuos que han caído sin saberlo en estos peligrosos sitios que guarden compostura y eviten tan vergonzosos argumentos.

REDACCIÓN EDITORIAL

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