Editorial: Tolima, rajado en desempeño fiscal

Le corresponde al gobierno de Óscar Barreto llevar a cabo un programa de saneamiento fiscal, que permita la reducción de gasto y la búsqueda de recursos.

La semana inmediatamente anterior se conocieron por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) las cifras de desempeño fiscal de departamentos y municipios en las vigencias 2014 y 2015. Mal parado quedó el Tolima, que ocupó el puesto número 27, superado por departamentos como Guaviare, Guainía y Vichada, que en ocasiones anteriores habían estado por debajo. Y es que el Tolima solamente quedó por encima de Vaupés, Amazonas, Putumayo, San Andrés y Chocó, y no evidenció un óptimo comportamiento financiero, al finalizar el periodo del exgobernador Luis Carlos Delgado Peñón.

El ranking dado a conocer por Simón Gaviria, a través de una videoconferencia, comprende indicadores relacionados con los recursos de las gobernaciones y alcaldías para adelantar su gestión, y se establece precisamente para medir los mismos en aras de la transparencia y su buena ejecución. Curiosamente, y a pesar de la defraudación de dineros a causa del desfalco de los Juegos Nacionales, Ibagué se ubicó en el puesto 11, con un indicador de desempeño sostenible.

Algunas de las razones por las que se podría decir que el Tolima quedó en los últimos lugares es que, al parecer, el pasado gobierno departamental no ejecutó una buena gestión tributaria, ni aumentó los ingresos, lo que hizo que en los últimos dos años el departamento descendiera cuatro puntos en el escalafón. Sumado a eso, los gastos de funcionamiento se pasaron del 60% del total de los ingresos de libre destinación, según fija la ley 617, y los gastos de ingresos propios, por lo visto, no fueron destinados para inversión, sino para funcionamiento. Es decir que en lugar de reducir los gastos de funcionamiento se aumentaron, y los recursos de inversión no se usaron para tal fin.

Es de recordar que el exgobernador Delgado Peñón llevó a cabo una reestructuración administrativa, creando tres nuevas secretarías de despacho, cargos directivos para las mismas, y puestos adicionales, lo que generó una carga en la nómina y un aumento considerable de gastos.

La parte negativa, además de la mala ubicación en el ranking de desempeño fiscal, es que al incumplir el indicador de la ley 617 al Departamento le va a traer problemas participar de convenios con la Nación, y la capacidad de endeudarse se puede ver afectada, además de las sanciones por incumplimiento en la Procuraduría. Lo anterior le quitaría la posibilidad de atraer recursos para inversión a través de diferentes fuentes de financiamiento.

Hoy le corresponde al gobierno de Óscar Barreto llevar a cabo un programa de saneamiento fiscal, que permita la reducción de gasto y la búsqueda de recursos, pero también le corresponde comprometerse a fin de que en dos años, cuando vuelva a elaborarse el ranking, no ocurra lo mismo, y el Tolima se ubique en un mejor lugar. Veremos qué pasa.

REDACCIÓN EDITORIAL

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