El caso Odebrecht

Con el caso de Odebrecth, y los anteriores escándalos de corrupción como el de los Nule en Bogotá, y el desfalco de los escenarios deportivos en Ibagué, ya está más que claro que en Colombia, ser contratista del estado es un ‘negociazo’, y más cuando se cuenta con la alianza de políticos corruptos.

El término del 2016, el país conoció que el polémico conglomerado brasileño Odebrecht, dedicado al campo de la ingeniería y la construcción, y acusado de entregar multimillonarias coimas a funcionarios de gobiernos de distintos países a cambio de beneficios en licitaciones públicas, también tuvo participación con sobornos en Colombia, específicamente en lo que correspondió al contrato para la adjudicación de las obras de la llamada Ruta del Sol, en el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez.

A raíz de ello, la Fiscalía capturó a Gabriel García Morales, exviceministro de transporte de la época, quien en calidad de encargado del Instituto Nacional de Concesiones, favoreció a la empresa brasileña a cambió de 6.5 millones de dólares entre los años 2009 y 2010. Según lo dicho por el propio Fiscal General, se hicieron pagos en total por más de 10 millones de dólares para que los brasileños también fueran beneficiados con obras públicas a través de la Agencia Nacional de Infraestructura. Cohecho, interés indebido en la celebración de contratos y enriquecimiento ilícito serán los delitos que se le imputen a García Morales. Por el mismo caso también fue capturado el exsenador Otto Bula, aliado político de Mario Uribe, primo del expresidente.

Lo curioso del asunto, es que a diferencia de lo dicho por Álvaro Uribe en las muchas ocasiones en las que funcionarios de su gobierno se han visto involucrados en escándalos de corrupción, el expresidente manifestó que García Morales, lo había traicionado y que él no estaba enterado del asunto. No obstante, aquella salida del hoy senador, pareciera responder a que este escándalo toca directamente a sus hijos, pues ambos se reunieron en Panamá con los primos Nule, y el representante de Odebrecht en ese país, supuestamente con motivos de plano social.

No obstante, Miguel Nule en una entrevista con Gerardo Reyes del periódico Nuevo Herald de Miami, afirmó que Tomás Uribe, hijo mayor del expresidente, era intermediario de millonarios contratos, y esa reunión correspondía a parte de esa labor. Tan solo 15 días antes de terminar su gobierno, Uribe Vélez adjudicó el tramo 3 de la Ruta del Sol, y hoy luego del escándalo, su defensa ha sido desconocer a su exviceministro.

Con el caso de Odebrecth, y los anteriores escándalos de corrupción como el de los Nule en Bogotá, y el desfalco de los escenarios deportivos en Ibagué, ya está más que claro que en Colombia, ser contratista del estado es un ‘negociazo’, y más cuando se cuenta con la alianza de políticos corruptos. Igualmente, que cada vez más se cierra el círculo que rodea al expresidente, quien siempre sale bien parado, y en este caso no será la excepción.

REDACCIÓN EDITORIAL

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