Su auténtica misión imposible
Aprovechando que el calor apocalíptico que azota con inquina a Europa había remitido esa noche, el público se arremolinó frente a la gran pantalla con sus crispetas patrocinadas y sus audífonos bilingües de luces siderales con bloqueo de ruido para la proyección de “Misión Imposible – Sentencia Mortal” en el festival “La Estival”. Y en la mitad de aquel barullo, mi novia y yo, esperando que las luces se apagaran para cumplir nuestra cita con Tom Cruise, no sólo porque nos protegería de la amenaza de turno que podría destruir la civilización occidental, sino porque sabíamos que, fuera de cámara, está embarcado en su auténtica misión imposible: salvar a Hollywood.