Salidas en falso

Estas inconsistencias y desaciertos hacen ver, entre la opinión pública, un Gobierno sin cohesión, sin unidad de criterios y con funcionarios que actúan como islas independientes, pensando solamente en cultivar su egolatría. Mientras tanto, el presidente Duque, vestido de bombero, apague incendios.

Nada más desatinado para un Gobierno como el del presidente Iván Duque que varios de sus funcionarios, de alto nivel, salgan en falso con opiniones que más parecen de la cosecha personal, que de la posición oficial, articulada, de una estrategia gubernamental.

Con apenas ocho meses en ejercicio, la seguidilla no ha podido ser mayor. Al embajador de Colombia Alejandro Ordóñez se le ocurrió decir que la migración venezolana era una estrategia de Nicolás Maduro para irradiar en la región el Socialismo del siglo XXI. Al propio presidente Duque le tocó apagar las voces críticas sobre las frases xenófobas de su embajador.

El embajador en EE.UU., Francisco Santos, no podía quedarse atrás. El año pasado planteó una intervención armada a Venezuela, cuando el camino, para ese momento, era una salida pacífica a la crisis. Luego, se le ocurrió pedir a la Justicia norteamericana la libertad, bajo fianza, del ex ministro Andrés Felipe Arias, cuando éste ya había sido pedido en extradición por la Corte Suprema de Justicia de Colombia.

Más de la seguidilla. El ministro de Defensa, Guillermo Botero, se aceleró a decir que la muerte del reinsertado Dimar Torres había sido producto de un forcejeo con un suboficial del Ejército. Los hechos posteriores y las denuncias de la comunidad lo desmintieron. La ligereza le costó muchas explicaciones, poco convincentes.

La vicepresidente Martha Lucía Ramírez, de gira en Estados Unidos, soltó una insólita respuesta comparativa sobre el uso del Glifosato en Colombia. “Si usted se toma 500 vasos de agua al día, le aseguro que se enferma”. No la han dejado descansar con las críticas; recordándole que también dio por fallecido al expresidente Belisario Betancourt, un día antes que eso, realmente, sucediera.

Hay muchos desaguisados más, como el extravío de una carta enviada a Norteamérica sobre las pruebas contra Jesús Santrich y la candidatura del canciller Holmes Trujillo a la presidencia en el 2022, en otros.

Todas estas inconsistencias y desaciertos hacen ver, entre la opinión pública, un Gobierno sin cohesión, sin unidad de criterios y con funcionarios que actúan como islas independientes, pensando solamente en cultivar su egolatría. Mientras tanto, el presidente Duque, vestido de bombero, apague incendios.

REDACCIÓN EDITORIAL

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