En octubre de 2009, la entonces influyente revista Cambio Colombia denunció la existencia de un “generoso” programa impulsado desde el Ministerio de Agricultura, llamado Agro Ingreso Seguro, que le había entregado millonarios subsidios a prestantes familias de Valle del Cauca y del Magdalena; entre ellas a la exseñorita Colombia Válery Domínguez.
Los montos de los subsidios eran escandalosos, mientras miles de familias campesinas de bajos ingresos que se “rompían el lomo” labrando la tierra nunca obtuvieron ni un peso.
El ministro que firmó las entregas fue Andrés Felipe Arias, jefe de la cartera de Agricultura en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. En 2014, la Corte Suprema de Justicia emitió una condena en su contra a 17 años de prisión por las irregularidades de ese programa Agro Ingreso Seguro. Tiempo antes de que se conociera el fallo, Arias, su esposa y sus hijos huyeron hacia EE.UU.; burlando la justicia colombiana y emprendiendo toda una batalla jurídica para evitar su extradición a Colombia.
Pidió asilo político apenas llegó a los Estados Unidos, alegando persecución de la justicia colombiana por su filiación política. Cinco años después, varias instancias judiciales concluyeron que Arias tenía pendiente un requisito judicial válido y la Corte de Apelaciones de Atlanta aprobó su extradición a Colombia. Arias perdió la batalla.
Hace pocas horas llegó a Colombia a responder. A diferencia de muchos otros extraditados a Colombia no hubo cámaras, ni medios; más bien sigilo total. El hoy senador Uribe lo ha defendido a capa y espada, pero las pruebas de los subsidios millonarios son contundentes e irrefutables. Como dicen en las tiendas: esa platica del AIS se perdió.
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