La captura de alias ‘Guadalupe’

En su contra cursan investigaciones por desplazamiento forzado, extorsión y secuestro en zonas del centro de Colombia y en municipios del norte del Tolima como Líbano, Villahermosa, Murillo, Santa Isabel, Palocabildo, Herveo, Anzoátegui y en la zona turística del Cañón del Combeima, Ibagué.

En julio de 2017 las autoridades, propiamente el Ejército colombiano, dieron cuenta de la captura de José Antonio Núñez Moya, conocido con el alias de ‘Diego’ o ‘Mateo’, quien, presuntamente, era el principal cabecilla del Frente de Guerra Central del Eln. Para los organismos de seguridad del Estado, Núñez Moya comandaba el último reducto de esa guerrilla con presencia en el territorio nortetolimense.

El Eln es considerada la última guerrilla de esta parte del hemisferio, tras la desmovilización de las Farc. Ha sido muy beligerante y sus atentados terroristas en otras regiones de Colombia le han valido las descalificaciones, incluso, de organizaciones defensoras de los derechos humanos y de la propia comunidad internacional. En esas circunstancias, la captura de alias ‘Diego’ se convirtió en un gran sorbo de tranquilidad para los habitantes de varios municipios del norte del Tolima y de otros departamentos limítrofes.

La tranquilidad duró poco. Apareció alias ‘Guadalupe’, quien realmente se llama Hernán Jaramillo Orozco. Había sido capturado en 2016, pero unos meses después recobró la libertad por vencimiento de términos. Salió y volvió a sus andanzas; hasta que un certero golpe de las autoridades permitió su recaptura en una finca del municipio de Anserma, Caldas, en donde se había refugiado del cerco que le habían tendido para neutralizarlo.

En su contra cursan investigaciones por desplazamiento forzado, extorsión y secuestro en zonas del centro de Colombia y en municipios del norte del Tolima como Líbano, Villahermosa, Murillo, Santa Isabel, Palocabildo, Herveo, Anzoátegui y en la zona turística del Cañón del Combeima, Ibagué.

La captura de ‘Guadalupe’ no es de poca monta. Llevaba más de 20 años delinquiendo y con tantos años en esa práctica conocía muy bien el territorio y el cómo delinquir a punta de miedo, amenazas y extorsión. Bien por el trabajo conjunto de las autoridades que ahora deben enfilar sus esfuerzos hacia otras regiones de donde llegan, cada vez, más mensajes de rearme y acciones delincuenciales.

EL NUEVO DÍA

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