Educación rural itinerante, cuando la escuela va a los niños

El maestro visita periódicamente las casas de los estudiantes, les deja material educativo e instruye a los padres o hermanos mayores, para que ellos se encarguen de orientar las actividades de los pequeños.

El Tolima está enfrentando una preocupante deserción escolar. De acuerdo con el Sindicato de Maestros del Tolima (Simatol), el año pasado cerca de 12.000 niños y jóvenes del Departamento estaban por fuera del sistema escolar.

Los más perjudicados por esta situación son los de zonas rurales, pues las familias residen en lugares distantes y aislados, en algunos casos sin vías de acceso, lo cual dificulta el transporte de los niños, y las escuelas se hallan a dos o tres horas de camino. Esto les impide acudir diariamente a sus clases y por ello desisten de estudiar.

Los municipios del sur del Tolima son los que presentan mayores dificultades, debido a que las vías hacia a las veredas se encuentran en pésimas condiciones. Es en estos sitios en donde se deben aplicar sistemas flexibles, con el fin de garantizar el derecho a la educación que tienen todos los colombianos. A partir de este año, el Gobierno seccional comenzó a implementar la estrategia Educación rural itinerante, en Ataco, Planadas y Rioblanco, con seis maestras que se dedicarán a esta labor, para impartir clases en las casas de los escolares.

Desde 2003 se ha ensayado este modelo de inclusión educativa para los niños de las zonas más apartadas, bajo el lema “si los niños no pueden asistir a la institución educativa, la institución debe ir a donde están los niños". El programa consiste en que un docente se desplaza a las veredas con mayores dificultades de acceso. 

El maestro visita periódicamente las casas de los estudiantes, les deja material educativo e instruye a los padres o hermanos mayores, para que ellos se encarguen de orientar las actividades de los pequeños. A su vez, los niños adquieren el compromiso de ir a la escuela por lo menos una vez al mes, con el fin de trabajar allí y relacionarse con los demás alumnos. Para que funcione el programa es preciso que los docentes estén debidamente capacitados en modelos flexibles de educación, pero sobre todo se requiere de compromiso y vocación. 

Esta es una alternativa para brindar educación a los niños que se encuentran en los lugares más alejados. Del éxito de esta primera experiencia en el Tolima dependerá que se abran más plazas en donde más se necesiten.

 

EL NUEVO DÍA

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