El uno surgió de la nada y el otro multiplicó con creces lo que recibió y de ambos se puede decir que el mundo que entregan es bien distinto al que encontraron, en gran medida producto de sus acciones.

La tan mentada negociación de los últimos doce meses vino a alterarse en último momento con adendos, ñapas o “micos” como los denominan en el argot legislativo, en donde se hace evidente el quid pro quo o como dicen en la costa el “CVY“ o “como voy yo”.

Los tolimenses y la ciudadanía de su capital están en mora de organizar un grupo de choque que, en este caso particular, reivindique las necesidades y urgencias de la región, se apoye en conceptos de técnicos de reconocido prestigio para sustentar sus argumentos y lleve sus requerimientos no propiamente a la Aeronáutica sino directamente a la Presidencia de la República.

Enuncia el Gobierno su respeto a la autonomía universitaria, pero establece la necesidad de un escrutinio sobre el adecuado uso de los recursos y la recompensa a quienes los manejen con tino.

Tal vez hay muy pocos episodios del gobierno de Turbay que se puedan rescatar, pero esa posición respecto de la atrabiliaria actuación de Galtieri y sus esbirros aparece como la excepción.

Falta, sin duda, la coerción, que debe aplicarse sin contemplaciones, en especial en trasgresiones como conducir borracho o bajo la influencia de estupefacientes.

En cuanto hace a Ibagué el índice de desempleo, con relación al de julio, se contrajo en medio punto al pasar al 17.1 por ciento y la capital del Tolima le cedió el tercer lugar a Pereira que con Quibdó y Popayán completan el oprobioso podio.

Ya se produjo una nueva modificación en la dirección de Comfenalco y sobre lo que acontece en Comfatolima no se reciben buenas nuevas.

Por supuesto que una cuenca que ha de haber recibido cuidado prioritario y superlativo es la del Combeima por el enorme efecto que su subsistencia tiene para la viabilidad de las comunidades aguas abajo que se surten para su supervivencia de los caudales de sus ríos y quebradas.

En no pocas ocasiones las recetas de los organismos internacionales causan más perjuicios que beneficios y como es usual quienes pagan el plato con hambre, guerras y desplazamientos son los más pobres.